El fracaso, según Marcelo Bielsa

He llegado a través de un post de Kepa Acero a unas palabras de Marcelo Bielsa relacionadas con el fracaso que comparto al final de este artículo. Y de verdad que llegan muy adentro. ¿El fracaso? Ese oscuro concepto tan lleno de sugerencias y guiños a nuestra autoestima, ¿verdad? Pero tan hondo y auténtico que no cabe sino reconocerse en lo que uno es y en lo que deja de ser cuando percibes que estás, efectivamente, ante un fracaso.

Yo soy de los que piensa que un fracaso es un enorme tesoro. Claro que adentrarse en esta mina es para hacérselo pensar, también es cierto. Pero me gusta mucho más la dinámica de sentirme frágil y vulnerable que no la de encontrar en el éxito el bálsamo que todo lo cura. Y no hace falta caer en la excesiva vanagloria alrededor de lo que nos sale mal. Solo digo que ya que la vida también va a venir repleta de fracasos, mejor si convivimos con ellos de la mejor manera posible.

En este blog he escrito varias veces del fracaso. Seguro que lo seguiré haciendo. Porque seguirán llegando y tendré la oportunidad de volver a experimentar sentimientos intensos en esos instantes de rabia y frustración. Como digo, no quiero ensalzarlos, no más que otras experiencias potentes de nuestras vidas. En cualquier caso, como dice el señor Bielsa, «no permitan que el fracaso les deteriore la autoestima».

Los momentos de mi vida en los que yo he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que yo he empeorado, tienen que ver con el éxito.
El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes.
… fui feliz cuando disfruté del amateurismo, fui feliz cuando crecí enamorado de mi trabajo. Yo tengo un profundo amor por el fútbol, por el juego, por la esquina, por el baldío, por el picado, por la pelota. Y desprecio todo lo añadido. Para explicar un poquito mejor esto, sé que la alegría de un triunfo en un partido dura cinco minutos, después hay un vacío enorme y grandísimo. Y una soledad indescriptible”
No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando ganas, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto. Y cuando pierdes, sucede todo lo contrario.
… lo importante es la nobleza de los recursos utilizados.