Golpes, de Pere Cervantes #NovelaNegra 122

by Julen

Golpes es la primera novela que leo de Pere Cervantes. Y bien que me ha gustado, lo digo desde el principio. Vale que el personaje que nos presenta el autor, un tal Abel Deu reconvertido en «Alfa», juega con muchos elementos clásicos y a veces (para mi gusto) excesivamente repetitivos del género negro. Pero si obviamos este hecho, me ha parecido un relato muy bien escrito, con un estilo que juega entre acción y reflexión, y que en sus menos de doscientas páginas, presenta una historia repleta de autenticidad.

Golpes se sirve de la jerga del boxeo. Sus doce capítulos son doce asaltos, cada uno de ellos con un título que nos conecta con ese deporte, que nunca se calificará como «juego», según se nos cuenta. Las cuatro esquinas del cuadrilátero sirven para delimitar unos límites bien traídos, donde Alfa busca sus referencias básicas para salir adelante en la vida.

Pere Cervantes se presenta así:

Soy un escritor profesional desde el año 2012. Escribir es tener una mirada. Una mirada singular. Nacido y criado en Barcelona muy pronto ingresé en el Cuerpo Nacional de policía, en concreto en 1991. La vida policial me otorgó esa mirada a la que no todos tienen acceso. Recorrí varios destinos, algunos conflictivos y otros hostiles. Fui un Observador de Paz de las Naciones Unidas y la Unión Europea en los Balcanes (Bosnia y Kosovo) durante dos años y medio. A mi regreso de esa inolvidable experiencia estudié en la Escuela Internacional de Cine de Cataluña dos años como guionista. Fue a partir de entonces cuando escribí mis primeras novelas.

Como os decía, es mi primera novela de este autor. Creo que voy a ir a por más. Siempre es interesante leer a quienes han sido cocineros antes que frailes. O sea, autores que han trabajado en la policía. Ya lo comenté cuando reseñé Todos me llaman Ful, de Rafa Melero. Lo mismo sucede con Pere Cervantes, quien durante más de diez años fue responsable policial del Grupo de Delitos Tecnológicos de Castellón –por cierto, esta ciudad y su entorno ocupan su lugar en la trama– y esa experiencia creo que aporta un valor extra al relato.

Insisto en lo que decía al principio. Me parece que está muy bien escrita. De hecho, recibió en su día el Galardón a las Letras del Mediterráneo por parte de la Diputación de Castellón. Os dejo con un par citas. Una para pensar en el uso del móvil y otra por si necesitáis acceso a un arma jejeje.

-Tengo algo que contarte.
Pol extrae el teléfono móvil de su bolsillo, me indica con un gesto que le dé el mio y se lleva ambos a la planta de arriba. Mejor prevenir. Si hay un chisme que lo controla Satán, ese es el teléfono móvil. Regresa y me invita a que inicie mi narración.

El Botijo vive en Badalona y se dedica al cultivo de armas. Lo lleva a cabo en un pequeño huerto, próximo a la fábrica de Anís del Mono. Si logras convencerlo de tus necesidades, evitas el regateo y le muestras los billetes, te llevará de ronda por ese huerto estéril donde la tierra siempre está removida. Bajo ella, en un terreno vallado y protegido las veinticuatro horas del día por pesos pesados, que agachan la mirada cuando el Botijo pasa por su lado, puedes encontrar todo tipo de armas. Algunas las alquila a atracadores con rango y abolengo.

Imagen de Brigitte Werner en Pixabay.

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