Primero fue Delicious, luego Diigo y hoy es Raindrop

by Julen

¿Recordáis del.icio.us? Creo que muchas de las personas que abrazamos hace ya bastantes años la web 2.0 pasamos por poner en valor lo que nos aportaba esta herramienta. Queríamos seleccionar aquello que nos interesaba de la inmensa oferta de contenidos que encontrábamos en Internet. Lo que se vino en llamar «curación de contenidos«. Además, queríamos compartirlo con otras personas por si podía ser de utilidad. Construíamos folksonomías y del.icio.us era fundamental. Hoy, en el (también inmenso) cementerio de Internet, del.icio.us cuenta con un bonito panteón. Murió. Y, claro, hubo que buscar alternativa.

Fue entonces cuando nos mudamos a Diigo. Con bastante presencia en el entorno educativo, venía a ser más o menos lo mismo. Han sido muchos años de ir seleccionando contenido. Tuviera que ver con cuestiones profesionales (la gestión de las organizaciones, el sentido del trabajo, la transformación digital, la inteligencia artificial…) o personales (el sector de la bicicleta y los viajes, sobre todo), Diigo ha sido mi almacén durante muchos años. Ahí han entrado miles de referencias. Sí, miles. Porque de alguna forma había que gestionar todo ese torrente.

Pero hace ya un tiempo que Diigo da la sensación de que está muriendo. Sé que no lo ha hecho porque el sistema sigue funcionando igual de robusto. Sin embargo, no hay actualizaciones de la app para las nuevas versiones de Android y la interfaz lleva estancada desde tiempos inmemoriales. Conste que sus funcionalidades continúan sin dar problema. Guarda bien lo que tiene que guardar y la asignación de etiquetas va tan bien como siempre. Sin embargo, por lo que he ido leyendo en distintos foros, algo huele a que (casi) no hay nadie al otro lado. La máquina sigue funcionando, pero empieza a mostrar síntomas que me han hecho perder la confianza.

Migrar casi 7.000 marcadores y sus etiquetas, notas y demás es algo que me daba respeto. En su día, en del.icio.us pude exportar mis marcadores sin problema alguno. ¿Sucedería lo mismo con Diigo? Pues sí, las herramientas de exportación de Diigo han cumplido a la perfección. Menos mal. Reconozco que anduve con mis neuras, pero todo ha ido genial. Nos hemos mudado. Ya estoy en Raindrop. ¿Curva de aprendizaje? Casi inexistente. Tengo que salsear un poco mas, pero en dos semanas me siento ya muy cómodo en Raindrop.

Por cierto, en Diigo estaba con un plan premium y, de momento, en Raindrop estoy con la versión gratuita. Cumple con holgura para lo que quiero, pero ya veré si me paso a su plan de pago. Son solo 31,70 euros/año, algo asumible. Como digo, hasta la fecha estoy encantado con el cambio a Raindrop.

En mi arquitectura de «gestión del conocimiento» una herramienta de este estilo juega un papel fundamental. Necesito seleccionar de forma organizada lo que me interesa de todo aquello que voy leyendo en un sitio y en otro. Si Feedly es mi particular periódico, Raindrop es quien viene después a «marcar» aquellos contenidos que realmente me parecen relevantes. Todo esto, claro está, en la permanente tendencia al caos de una oferta de contenidos en Internet que a veces parece un auténtico estercolero, pero en el cual podemos localizar fantásticas propuestas.

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