18 Geilo-Veggli #NoruegaEnBici

by Julen

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Geilo es básicamente un centro turístico relacionado con el esquí. Claro que eso da para los meses que van de octubre a abril. En esta parte del año puedes elegir al gusto: esquí alpino, esquí de fondo (XC), snowboard, trineos tirados por perros, trineo, esquí de orientación y esquí nocturno. Te lo copio de la Wikipedia, claro, porque yo, de estas cosas de los deportes de nieve, nada de nada. Semejante oferta tiene que ver con que es una de las estaciones invernales más grandes de Noruega. Supongo que lo hace posible el fácil acceso, tanto a través de carretera como del tren Oslo-Bergen. En verano el asunto es distinto: karts, paintball, rafting, golf, tenis, senderismo y… ¡ciclismo! El pueblo queda a 800 metros sobre el nivel del mar y es, por tanto, el pueblo más alto de mis finales de etapa en esta ruta. Cerca quedan los parques nacionales de Hallingskarvet, al norte, y Hardangervidda, al sur. En el centro, que queda bastante deslavazado, destaca el edificio de la iglesia/centro cultural. Es de factura moderna. Y poco más que decir.

Me alojo en un hotel de esos en que haces el check-in delante de una pantalla. Humanos no, por favor. Y es un hotel bastante digno, muy confortable, con gran parte de su estructura en madera. Me lo imagino a rebosar en temporada de esquí. Ahora se ven almas, pero está comedido.

Me han enviado un correo pidiendo disculpas por la información incorrecta acerca de que no podía reservar billete para la bici en el Flåmsbana. Es un detalle. Espero que lo corrijan en el futuro. La gestión ha sido rápida porque ayer por la tarde envié el correo a visitflam.com y a mediodia tenía el suyo de disculpa en mi buzón. Por cierto, redactado con sentido y no a modo de copia/pega, como me ha pasado con el problema del autobús en Trondheim y en el que estoy a la espera de una contestación mejor razonada.

Cené un plato de pasta en el restaurante pizzería del hotel . Otra vez vulgar, otra vez el plato se va a los 24 euros. El estándar es el estándar. Bueno, qué le vamos a hacer.

Madrugo porque tengo delante una etapa de cien kilómetros. Sí, es etapa de carretera al completo, pero, ojo, porque voy a pedalear bastantes kilómetros por la ruta ciclista nacional número 5.

He optado por irme hasta Oslo vía Drammen a través del valle de Numedal y así poder cicloturistear alguna stavkirke más. Me dirigiré, por tanto, hacia el sureste primero, hasta Konsberg, y luego, ya en dirección este hacia Oslo. A mi derecha quedará el parque nacional de Hardangervidda.

Desayuno en la habitación porque el hotel no da este servicio. Que no falte mi ración de havregrøt.

Salgo y noto enseguida el fresco. No llegamos a 10 grados. Nada más salir de Geilo hay que cruzar el puente y coger la carretera que se dirige a Uvdal. Un cartel informa de que en los 41 kilómetros hasta allí hay que afrontar tres puertos de montaña: Kikut (5,3 km al 4,4% de pendiente media), Høgåsen (4,7 km al 5,7%) y Vasstulan (10,7 km al 2,5%). Pues nada, va a estar entretenido este tramo.

Afronto el primer puerto. En vez de por el asfalto subo por una pista que enlaza casi arriba con la carretera. Suave suave. Tras la primera tachuela, el descenso me deja frente a dos alternativas porque ambas llegan a Rødberg, lugar por el que tengo que pasar sí o sí. La primera supone tomar la carretera que sale a la izquierda, en dirección a Tunhovd y enlazar luego más adelante con el valle de Numedal. La segunda supone continuar por la ruta ciclista nacional 5 y es la que me permite encontrarme en el camino con la stavkirke de Uvdal. Pues nada, la segunda opción, ¿no? Para qué diré, si estaba claro desde el principio.

Tras subir el segundo puerto, al final del descenso encuentro un cruce con una tienda y un desvío hacia Dagali. Lo dejo y continúo para cruzar por primera vez el río Numedalslågen, tras dejar atrás un área de descanso y un lago.

El Numedalslågen es el tercer río más largo de Noruega y nace en la meseta de Hardangervidda. Más adelante, en Rødberg, veo que lo voy a cruzar de nuevo para meterme de lleno en el valle de Numedal.

Por fin, tras coronar el tercer puerto, el Vasstulan, que cuenta con su complejo de modernas cabañas para goce y disfrute del turisteo de montaña, comienza «la bajada». Desde los casi 1.100 metros aquí arriba terminaré en los 250 de Veggli, el final de etapa. Eso sí, con algún pequeño repecho de por medio.

A medida que se desciende el valle se ensancha y aparece a la derecha el río Uvdalsåe. Entre una cosa y otra, en las dos primeras dos horas no he pasado de los 7 grados (lo he comprobado al terminar la etapa) y en las bajadas el frío se te cuela por dentro. Paro en una pequeña tienda junto a la carretera. Acaba de abrir a las nueve. Tiene pinta de esas en las que hay de todo. Pregunto: ¿no tendrá café caliente? Suena trompetas celestiales. Allí me estoy diez minutos con el café entre las manos degustándolo a pequeños sorbos.

Sigo ruta. En una recta aparece pegada a la derecha de la carretera, una espectacular iglesia de madera, sí de Uvdal. Pero… ¿cómo? Veo la iglesia ahí enfrente y a la vez también un cartel que indica que hay que coger una carretera a la izquierda para llegar hasta la stavkirke, a cinco kilómetros.

A ver, a ver. Ah, ya me aclaro. La que veo no es la iglesia medieval, sino otra, también de madera, del arquitecto Henrik Bull, que se inauguró en 1893 y en la que se hicieron importantes trabajos de restauración entre los años 1961 y 1963. Bueno, pues si esta es la de segunda categoría, que luce preciosa por fuera, a ver qué tal la otra, la «buena».

Para llegar hasta la stavkirke de Uvdal, la del siglo XII, hay que coger una carreterita que se separa de la principal y va ascendiendo por la ladera. El río se ve allá abajo. Paro un rato para echar un vistazo y de paso descansar. No me digáis por qué, se me ha atragantado este tramo.

Llego a la iglesia, que en realidad, es parte de un museo al aire libre con edificios de viviendas y granjas a modo de museo etnográfico.

Por supuesto, la iglesia que vemos sustituyó a otra anterior. El guion es siempre el mismo. Como quiera que en origen, allá por 1168, que es cuando parece que se construyó, era muy pequeño, el paso del tiempo fue dejando sucesivas ampliaciones. Del mantenimiento de esta iglesia y de otras –como las que he visitado de Urnes o Kaupanger–, así como de ciertos edificios históricos de valor histórico y cultural, se encarga la Fortidsminneforeningen. Se entiende fácil, ¿no? Eso mismo, es la Sociedad para la Preservación de Monumentos Antiguos de Noruega, también conocida como la Asociación de la Memoria Histórica.

Un chico, muy amable, me explica lo fundamental. Al principio era mucho más pequeña. Cada bancada, con el nombre correspondiente, pertenecía a una familia y, por supuesto, cuanto más adelante, más pasta costaba el asunto. Las pinturas son de épocas diversas y con autoría tanto de «artistas» de verdad como de simples copistas. Lo que hace especial a esta iglesia y a la de Nore, que luego voy a visitar, es la columna central. En fin, explicaciones sencillas pero bien traídas.

Desciendo de nuevo a la carretera principal. Enseguida aparece el lago Fønnebøfjorden y su correspondiente camping ribereño con unas cabañas de lo más coqueto. Llego a Rødberg. A partir de aquí comienzo a pedalear, como decía antes, por el valle de Numedal. Paro a tomar líquidos. Me quedan unos 35 kilómetros. En ligera bajada y con viento de cola. Tupendo.

El inconveniente de este siguiente tramo es que comparto asfalto con un tráfico que, sin ser agobiante, sí que se nota ahora más denso que a primera hora de la mañana. Por fin dejo la vía principal y me desvío hacia a la derecha. Cruzo un puente y en un Joker compro algo para dar por hecha la comida de hoy. Estoy por irme a un mesa de picnic del camposanto para mayor tranquilidad. Mira que son estos noruegos con sus cementerios como centros sociales. En la Europa del sur, en cambio, son los bares, ¿no? Ah, la iglesia es la de Norefjord, muy cerca ya de mi segunda iglesia medieval de madera del día.

Llego enseguida a la stavkirke de Nore, de tipo A. A ver, examen: ¿qué caracteriza a las iglesias medievales de tipo A? Vaya, vaya, tienes que prestar más atención en clase. Bueno, te lo recuerdo: son las emplean postes únicamente en los muros exteriores, no en el interior. Si la de Uvdal era de 1168, esta es de 1167. No sé muy bien cómo son capaces de precisarlo tanto, pero son los datos que se aportan. Es una de las dos iglesias de madera de la Edad Media que se conservan con un mástil central. Por dentro no hay lugar que no esté decorado con pinturas que provienen de los siglos XVII y XVIII. En la web de la Fortidsminneforeningen explican que en su día fue única.

Tenía naves, presbiterio y crucero con ábside. Esto distingue a la iglesia de madera de Nore de las iglesias contemporáneas, y no se conoce ningún otro edificio de iglesia en Noruega o Europa que pudiera haber sido un modelo para su construcción.

Como curiosidad, un profesor de historia del arte, Lorentz Dietrichson, se convirtió en propietario de la iglesia en 1888 para donarla un par de años después a la Fortidsminneforeningen, en la que desempeñó un papel fundador importante.

Ya que ha habido que cruzar el río para venir hasta aquí, decido seguir por esta carretera secundaria en vez de hacerlo por la principal. Cada una de ellas va por un lado del río. Me quedan aún unos veinte kilómetros para terminar la jornada. Retomo el pedaleo.

Por todo este tramo, hasta volver a cruzar al otro lado del río y retomar la carretera principal, se ve una vía de tren abandonado con la que vamos jugando, cruzándola varias veces. Es la Numedalsbanen, una línea ferroviaria de 92,8 kilómetros que recorría este valle de Numedal entre Rødberg, por donde he pasado antes, y Kongsberg, que queda al sur de Veggli, lugar de mi final de etapa de hoy. El último tren de pasajeros funcionó el 31 de diciembre de 1988 y la línea al norte de Rollag se cerró oficialmente el 1 de enero de 1989.

Tras cruzar un puente atirantado –un poco de cultura sobre los tipos que existen–, retomo la Rv40, la Norevegen, que es la carretera principal del valle. Ya solo quedan los últimos diez kilómetros.

Llego a Veggli y allí cobra más presencia aún la Numedalsbanen. Somos ya casi íntimos. ¿Qué tal? ¿Todo bien, en su debido abandono? Bueno, ánimo, que algún año de estos seguro que cae algún nuevo uso.

Mañana te cuento el asunto de las dresinas a pedal por la antigua vía de tren.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 1.266,70.

Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 13.864.

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Fotografías de la ruta.

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