Lejos

by Julen

Far AwayCada vez más lejos de cuando fue niño, su mente sin embargo bullía a cada instante en busca de recuerdos. Allí estaba él con sus siete años. Cerraba los ojos y trataba de encontrar olores, sensaciones, momentos. Suponía cada vez mayor esfuerzo. Calle arriba terminaba por fatigarse porque no era fácil encontrarse en su infancia. Quedaba lejos, muy lejos.

Obsesionado porque no se escapara aquella vida que transcurrió en otro plano. Siempre pensaba en su devenir como la sucesión de planos paralelos. ¿Cómo se pasaba de uno a otro? Simplemente porque sucedía. No encontraba el medio de comunicación entre ellos. Cada plano, un mundo. Y el mundo de la infancia se resbalaba viscoso entre sus neuronas, esquivo y casi a medias entre la imaginación y el deseo.

Cada paso por la empinada cuesta de la vejez le arrojaba más y más lejos. Aquellos tiempos lejanos se escondían a una simple mirada tranquila. Había que masajearlos, excitarlos, no podía ser que huyeran de su vida. Pero arrancarlos de sus escondites suponía para él un esfuerzo titánico. Revolvía entre escombros para encontrar detalles que traerse a la conciencia. Entre un caos de instantes, casi parecía un milagro construir algo coherente.

¿Y a cuenta de qué aquella obsesión por bucear en el pasado remoto? Quizá el presente se teñía de bruma. El gris cada vez más oscuro invitaba a huir a otra época donde, por contra, cada chispazo traía sonrisas y algarabía. Se sentía confuso. Hurgar entre la maraña de detalles le fatigaba la cabeza. Mientras, el corazón le obsequiaba con una sonrisa cuando al final de la cuesta, al pararse un momento a respirar, reconocía que aquellos recuerdos le hacían vivir.

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