Ya comentaba en el primer post que me he matriculado como doctorando. Claro está que me parece interesante enlazar lo académico con lo profesional y que vayan caminando juntos ambos proyectos. Sin embargo, ya le veo la dificultad.
He aprendido que una tesis doctoral es algo que tiene que ver con lo académico. Y parece que con lo “estrictamente académico”. ¿Eso qué quiere decir? Pues que debo olvidarme de toda tentación inventiva; al menos en una primera parte de recopilación de toneladas de artículos y variada documentación.
Llevo tres días enfrascado con la tesis, al margen de algunas gestiones profesionales y un poco de ejercicio físico a base de spinning y bici de monte (por cierto, ya hay proyecto para hacer el Camino de Santiago en Francia, por la via Podiensis, desde Le Puy-en-Velay, allá por el mes de julio). Y en estos tres días me asalta la ciclotimia. De repente, veo que aprendo un montón de cosas y me viene un tsunami de ideas y… de repente, veo que esto será muy largo, demasiado largo y donde la paciencia será una de las virtudes más deseadas.
Bueno, ya he aterrizado en algunos conceptos interesantes y poco a poco los voy incorporando al documento de la tesis. Llegaremos a las 50 páginas, aunque quizá haga algo de trampa, como los niños en las redacciones para llegar a esa cifra. Vale, ¿no?
Esta semana que viene volveremos al campo de juego de consultor. Tengo que terminar de preparar algunos cursos que están ya a la vuelta de la esquina. Menos mal que para mis cursos relacionados con la gestión de la información y la implantación de herramientas como las 5S en entorno digital lo de la tesis me viene de perlas… y encima me lo paso pipa.
Nos vemos.